Me he perdido en la ciudad buscando "libertad", y cada vez que mis ojos ven el horizonte abierto, el corazón se acelera como locomotora en línea imaginaria; una armónica suena entre las alas de las aves y el aire.
Mis pies devoran terreno, y el cansancio habitual desaparece... No pido demasiado solo conocer a alguien con quien compartir esta sensación. Alguien con quien tomar "buen café", independientemente del lugar donde nos encontremos.
Para muchos (as) el frío corroe ganas, para mí, es sinónimo de vida... Al igual que el bosque húmedo y el canto de la urraca al recibir los primeros rayos del sol en la mañana.
El ocaso sobre la carretera, la sonrisa del campesino y la apariencia de la montaña cultivada, son cosas que provocan mi Alma y la invitan a olvidar todo lo demás. Parece un instante "perfecto"... Y no pido demasiado, solo concordar en el camino con alguien que ame esa sensación tanto como estoy amando este momento.
Jorge Merino
Café
Estelí, Nicaragua.