Fácil es encontrarme, caminar... Mientras lo hago, fácil es verme con las manos en los bolsillos... Quizá por el frío de la mañana o por la terquedad habitual contra la que lucho cada vez que despierto, para que no siga teniendo argumentos con los que demuestre lo vacías que están mis manos...
Fácil es que yo escriba por catarsis, para entender un poco más lo que mientras camino no logro comprender... Necesario es respirar, absorber la vida y que mi cuerpo la vuelva en segundos VIDA, sentir mi aliento y tratar de ignorarlo... importante es amar ese segundo que siempre me demuestra que no hay mayor flujo de energía que el de mi solo aliento...
Creer es imprescindible, luchar por una causa contra los temores que son habituales, quizá en el intento colocar las manos en los bolsillos. Es por eso que los bolsillos son tan importantes, porque en el fondo se que son el mejor refugio que tengo para tercamente no demostrarme que mis manos están vacías, que sus huellas impregnan los poros necesitados de sentir suavidad y complemento y que ciertamente en nada se le compara la caricia artificial de mis bolsillos...
Soltar las monedas es importante, quedarme sin nada después de ver al cielo rogando por un minuto más; dejar que la mirada golpee violentamente el piso, que la realidad me provoque un golpe tal que me asegure lo ser humano que soy...
Dar gracias, mirar al cielo rogando por algo que no es, luchar con terquedad construyendo ideas que para muchos son tontas... Ser transparente, decir amor y decir adiós... Ser sincero aunque sepa que tal vez la gente no tenga la vieja costumbre de decir amor, luchar tercamente y decir adiós si es necesario...
No comprender, aceptar que no lo se todo y que no todo depende de mi... Que no importa en algunas circunstancias lo que haga o deje de hacer, porque nada se cambia sin equilibrio. Porque nada cambia solo con mi equilibrio. La terquedad crece constante aunque la vida me demuestre que vale poco en este instante de manos vacías el empeño que ponga...
No entiendo! Y mentir no es necesario... No es imprescindible, porque jamás una mentira me ha demostrado nada que me haga sentir lleno de vida... Por eso amo mis manos vacías y como se quejan de no tener la suavidad de las manos de ella... Veo al cielo feliz cuando mis manos tercamente buscan llenarse acariciando hojas... Que de hecho, están llenas de vida... pero no son como la anhelada caricia de su cuerpo...
Respirar es mi complemento, dejar que mi aliento choque con la servilleta o la silla vacía de enfrente, desayunar con el alma revolcándose en el frío que aún le queda entre la ausencia... Y no entender, no saber ni tener idea del por qué la vida plasma un corazón en la única taza sobre la mesa... Tratar de explicar a mi favor las cosas que siguen gritando: "Tenés las manos vacías"...
Darme cuenta lo importante que es que mis manos vacías se junten en armonía y paz, y guien un gracias por el viento que lleve la energía guiada a seguir recorriendo el camino como se debe, a su debido tiempo.
Manos vacías que hablan, que producen, que invitan... Que desean y aman... Manos vacías que esperan mientras el camino avanza y se acerca la tan anhelada coincidencia.
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