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16 de noviembre de 2008

Cuando diciembre se avecina

Como el golpe que me di en la cara pensando en vos… Alumbraste el lado oscuro de mi corazón… Lo hiciste, pero te fuiste sin apagar la luz.

 Mario Benedetti.

Tengo tanto miedo, pero tanto miedo… Que me he vuelto el hombre más valiente; capaz de decidir dejarte volar; capaz de decirte te amo, abrazándote y diciendo que en esta vida la oportunidad se nos fue de las manos… Cuando diciembre se avecina; la soledad se acentúa… Se vuelve asesina; se vuelve luz que con su suavidad quema mi piel durante todo el día…

Es duro decirlo; es duro pensarlo… Cuando diciembre se avecina; las aves vuelan y el viento golpea buscando provocar llanto… Pasan los segundos y con ello la toma de decisiones de la que hablo; a pesar de tener tanto miedo, pero tanto miedo… Soy capaz de decirte que te alejes; porque la oportunidad que había se escapó de las manos…

Lo descubrí en las heridas de las paredes de mi habitación; cuando el viento peleaba y peleaba por entrar para hacerme daño… Cuando diciembre se avecina mi soledad se vuelve un conjunto de sonrisas prestadas… Cuando diciembre se avecina nace la oportunidad para volverme loco escribiendo… Tengo razones de sobra hacia todos lados; y cuando te avecinas vos, tengo que decir que la oportunidad no será en esta vida… Y puedo estar muriendo de ganas por besarte y decirte que te extrañaba; pero cuando vos venís hacia mí soledad; digo convencido que se marchó la oportunidad de amarnos…

Cuando diciembre se avecina y vos te das cuenta de lo que ha pasado; y decidís retirarte con los ojos llenos de tristeza, con los sueños empacados… También se avecina una luz; la que creo razón de ese hermoso diciembre que se avecina…

Tengo tanto miedo, pero tanto miedo… De que la oportunidad que creí tan mía se haya marchado para siempre… Cuando diciembre se avecina deseo pedir a gritos que me despojen de la soledad que ha hecho casa en mi alma…

Jorge A. Merino
Café / Todos los Derechos Reservados / Abril - 2008

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