Cuanto silencio tiene esta mañana... El incienso vuela, mi mirada vuela, el café vuela... Todo vuela y no logro comprender ¿porqué? ¿cómo? ¿hacia dónde?... La mañana está tan tranquila que podría decir que anoche que estaba dormido caí en coma, de modo que desperté y aún no lo hago... El cielo está plano, un blanco cegador... No hay viento, solo una inquietante paz.
El reloj cruje, la silla sobre la que estoy también, escucho el vuelo de una mosca. Las almas vuelan afuera, los cuerpos vuelan apresurados... Tanto que es como si no se movieran... Los automóviles corren con la misma suerte, el amor que siento vuela, hace un ciclo de tiempo tan corto que es como si no se moviera, puedo sentir amor constante, amor que se llena y se vacía en un instante tan corto que es como si jamás dejara de sentirlo, el amor que siento vuela... Aqui, allá, donde sea... El blanco del cielo se cuela en el amor cuando va y viene... Borra todo lo demás, escribo sobre un espacio tan corto, que es como si no hubiese escrito nada...
No siento mi cuerpo, lo veo moverse... Mis manos vuelan, mis dedos lo hacen sobre el teclado... Siento paz... Tanta paz, que dejo de sentir todo lo demás.
La paz vuela... Es la que me hace acariciar sus manos, esa caricia vuela y colisiona... Ama, vuelve, va, se llena del intenso blanco... Vuelve e incrementa cada vez que lo hace... Cuando vuelve me confirma que no se ha movido nada... Ni el tiempo, ni el amor, ni el vuelo de todas las cosas que me rodean, el instante es tan pequeño, que solo alcanza para comprender, aprender, crecer, y continuar haciéndolo. Yo vuelo sin moverme, porque mi aliento me lleva a todas partes.
El reloj cruje, la silla sobre la que estoy también, escucho el vuelo de una mosca. Las almas vuelan afuera, los cuerpos vuelan apresurados... Tanto que es como si no se movieran... Los automóviles corren con la misma suerte, el amor que siento vuela, hace un ciclo de tiempo tan corto que es como si no se moviera, puedo sentir amor constante, amor que se llena y se vacía en un instante tan corto que es como si jamás dejara de sentirlo, el amor que siento vuela... Aqui, allá, donde sea... El blanco del cielo se cuela en el amor cuando va y viene... Borra todo lo demás, escribo sobre un espacio tan corto, que es como si no hubiese escrito nada...
No siento mi cuerpo, lo veo moverse... Mis manos vuelan, mis dedos lo hacen sobre el teclado... Siento paz... Tanta paz, que dejo de sentir todo lo demás.
La paz vuela... Es la que me hace acariciar sus manos, esa caricia vuela y colisiona... Ama, vuelve, va, se llena del intenso blanco... Vuelve e incrementa cada vez que lo hace... Cuando vuelve me confirma que no se ha movido nada... Ni el tiempo, ni el amor, ni el vuelo de todas las cosas que me rodean, el instante es tan pequeño, que solo alcanza para comprender, aprender, crecer, y continuar haciéndolo. Yo vuelo sin moverme, porque mi aliento me lleva a todas partes.
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